Son
mecanismos proteccionistas que ocupa el gobierno para dificultar la importación
de productos. Estas herramientas pueden ser arancelarias o no arancelarias.
Los
ejemplos más comunes de barreras comerciales son: las cuotas, los precios de
referencia, los aranceles, permisos sanitarios y fitosanitarios, licencias y
autorizaciones de importación, normas de etiquetado, entre otros.
Los
mecanismos que tienen consecuencias más visibles son las cuotas y aranceles,
que fueron utilizadas por varias autoridades de los diversos mercados. Sin
embargo esta condición ha cambiado el último tiempo gracias al efecto dominó
que ha tenido el mundo de la liberalización arancelaria a través de los
tratados y acuerdos comerciales.
Debido
a esta tendencia, han aumentado las barreras de tipo no arancelarias, como
regulaciones estrictas para algunos productos.
Objetivo de las barreras
comerciales
La
finalidad de estas herramientas es cuidar el comercio nacional y su sociedad,
como por ejemplo proteger a la ciudadanía en materia de salud a través de
certificados sanitarios, junto con esto también se garantiza la calidad y que
los bienes son inofensivos.
El
país que impone la barrera también pretende brindar apoyo al exportador e
incentivar al producto local. De manera que los productos nacionales y los
importados puedan competir de forma igualitaria.
El
problema es que estos mecanismos pueden traer consecuencias negativas, ya que
podría reducir la oferta de algún producto, lo que provocaría el encarecimiento
de este al disminuir sus oferentes, entre otros posibles efectos.